jueves, julio 03, 2008

Incentivos para los profesionales de atención de salud: Directrices



"El creciente desfase entre el número de profesionales de atención de salud y la demanda de sus servicios es un problema esencial que se plantea a los gobiernos, a los gestores y a los profesionales que tratan de mejorar la salud y el desarrollo internacional. Varios factores, complejos y relacionados entre sí, contribuyen a la actual escasez de los recursos humanos en todo el mundo, entre ellos los sistemas de salud con escasos recursos, las condiciones de trabajo insatisfactorias y la gestión inadecuada de los recursos humanos.
En este contexto, los encargados de la política general y los gestores han comenzado a utilizar incentivos para mejorar la contratación, la motivación y la retención de los profesionales de la atención de salud. Los incentivos son medios importantes que las organizaciones pueden utilizar para atraer, retener, motivar, dar satisfacción y mejorar los resultados del personal. Se emplean de manera generalizada en las organizaciones del sector público y del sector privado en todos los contextos laborales. Pueden aplicarse a personas, a grupos de trabajadores, a equipos u organizaciones y pueden variar en función del tipo de empleador (por ejemplo, según se trate de una organización no gubernamental, pública o privada). Los incentivos pueden ser positivos o negativos, financieros o no financieros, tangibles o intangibles.
Los incentivos financieros forman parte del contrato de empleo. Esos incentivos conllevan “pagos monetarios directos del empleador al empleado” (Kingma, 2003 pág. 3), tales como salarios, bonificaciones o préstamos. Se dividen en tres categorías principales. Primera, están los salarios y condiciones básicas que se ofrecen al personal según la descripción de sus funciones y su clasificación laboral. Segunda, hay otros pagos o bonificaciones vinculados a la realización de determinados resultados, con un pago especificado de antemano o asignado de manera retroactiva en un proceso de revisión o de supervisión del personal. Tercera, puede haber otros incentivos financieros que no están directamente relacionados con el cumplimiento de los deberes de la persona, por ejemplo el acceso a servicios financieros o a becas.
En lo que se ha publicado sobre la aplicación de planes de incentivos en la atención de salud se reconoce que los incentivos financieros no son, por sí solos, suficientes para retener y motivar al personal. Los estudios han confirmado que los incentivos no financieros desempeñan una función igualmente esencial. Esto es lo que sucede tanto en los países bien dotados de recursos, en los que el personal puede mantener un alto nivel de vida, como en las naciones que tienen relativamente pocos recursos.
Los incentivos no financieros incluyen la concesión de autonomía en el trabajo, flexibilidad de horario y reconocimiento del trabajo realizado. Las recompensas no financieras son especialmente importantes para los países y organizaciones en los que la limitada financiación restringe su capacidad para conceder recompensas financieras. Ello no obstante, los métodos no financieros requieren una inversión considerable de tiempo y de energía y el compromiso de toda la organización. Deben prepararse mediante una planificación consultiva y han de armonizarse con los objetivos estratégicos, las normas, los valores y las circunstancias locales y personales. Si bien se reconoce en general la importancia y el potencial de los objetivos no financieros, es importante señalar que es limitado lo que puede conseguirse sólo con los incentivos no financieros.
La elaboración y la aplicación de planes de incentivos en la atención de salud es un campo nuevo. Se ha aplicado una amplia diversidad de medidas con planteamientos financieros y no financieros vinculados a diferentes resultados y dirigidos a diferentes profesionales de atención de salud.
Hasta ahora, la evaluación estricta de los resultados de esos planes es poco frecuente. Sin embargo, estudios realizados entre profesionales de salud sugieren que los planes de
incentivos eficaces tienen las características siguientes:

• tienen objetivos claros;
• son realistas y aplicables;
• reflejan las necesidades y las preferencias de los profesionales de salud;
• están bien diseñados, son estratégicos y están adaptados a su finalidad;
• son contextualmente adecuados;
• son justos, equitativos y transparentes;
• pueden medirse; e
• incorporan elementos financieros y no financieros.

Como antes se ha señalado, los conjuntos de incentivos más eficaces son los que se adaptan al contexto concreto en que van a aplicarse. No puede haber un método único de elaborar un conjunto que satisfaga las necesidades de una determinada organización o grupo de profesionales de salud. Sin embargo, para las necesidades locales puede proponerse y adaptarse un planteamiento sistemático.
Los incentivos, financieros y no financieros, constituyen un instrumento que los gobiernos y otros órganos de empleadores pueden desarrollar para mantener unos recursos humanos con las capacidades y experiencia necesarias para dispensar los cuidados que se requieran. Para esto se precisa no solamente voluntad política y un arduo y sostenido trabajo, sino también que todos los interesados reconozcan el compromiso, las capacidades y los beneficios de salud que aportan los profesionales de salud en todo el mundo.
El activo más valioso de un servicio de salud es su personal. La aplicación de conjuntos
de incentivos eficaces representa una inversión mediante la cual ese activo vital puede protegerse, fomentarse y desarrollarse."


"Directrices: Incentivos para los profesionales de atención de salud" es una publicación de la OMS encargada por la "Alianza mundial para los recursos humanos de salud"como parte de un trabajo destinado a identificar y aplicar soluciones a la crisis de los recursos humanos de salud. Se trata de una iniciativa conjunta del Consejo Internacional de Enfermeras, la Federación Internacional de Hospitales, la Federación Farmacéutica Internacional, la Confederación Mundial de Fsioterapia, la Federación Odontológica Mundial, y la Asociación Médica Mundial.


Texto completo (PDF) aquí


Redefinir el Impacto en Salud (EIS), para integrar la salud en las políticas públicas.


“….Los problemas de salud pública, tales como la obesidad, los trastornos pulmonares por polución del aire o los problemas de salud mental debidos a vivir en un vecindario inseguro, son problemas complejos, de difícil tratamiento. Las causas están dispersas entre lo individual y lo colectivo y entre distintos sectores sociales... Los resultados sugieren que se hace precisa una reorientación en los EIS (estudios de impacto en la salud) de cara a poder movilizar otros sectores y que participen en el proceso de prevenir o mitigar los problemas de salud pública. La autora propone para ello un rediseño reflexivo y orientado a la interacción, así como una nueva definición de EIS. El texto es especialmente relevante para los técnicos en EIS y los responsables de las políticas sanitarias en los diferentes niveles de competencias. Muchas de las implicaciones son también y en alto grado, relevantes para otros tipos de estudios de impacto..."




Texto completo (PDF): aquí

Cuidados integrados en la tercera edad. Una revisión sistemática.


"La principal preocupación de nuestro sistema de salud ha sido la atención a los problemas agudos de salud, esto es, el tratamiento de episodios de enfermedad o lesiones por un período corto de tiempo. Sin embargo con cada vez mayor frecuencia las personas de edad tienen problemas crónicos de salud, problemas a largo plazo y continuos. Pueden presentar más de un problema crónico y necesitar servicios de apoyo sanitarios, sociales y de diversa índole para conseguir vivir razonablemente bien. En muchos casos el apoyo adecuado puede permitir a estos pacientes crónicos, vivir en sus propios domicilios en vez de en instituciones y evitar innecesarias hospitalizaciones. Para adecuar los cuidados a las circunstancias individuales deben coordinarse una variedad de servicios o incluso, dependiendo de la complejidad de la necesidad "integrados" unificando recursos de varios sistemas. En este informe, la Dra. Margaret MacAdam, investigadora del CPRN, revisa la literatura acerca de los esfuerzos por prestar cuidados integrados en la población mayor y examina los artículos y contribuciones que estudian modelos comprensivos de cuidados integrados o coordinados. Los artículos revisados señalan que es posible diseñar programas integrados que redireccionen los cuidados apartándose de los servicios institucionales (residencias, hospitales...) y mejoren la calidad de vida y reduzcan el costo de los cuidados. Las características específicas de los modelos de éxito varían, pero generalmente incluyen el uso de la gestión de casos y acceso a un amplio abanico de servicios de soporte social y sanitario. Sin embargo, mientras la calidad de los resultados mejora, no hay un inmediato ahorro de los costes. Conseguir todo el potencial de resultados de la integración de cuidados precisa de inversiones..."


"Frameworks of Integrated Care forthe Elderly: A Systematic Review" es un interesante informe de la Dra. Margaret MacAdam, investigadora del CPRN, disponible aquí

World Health Statistics 2008


Acaban de ser publicadas las "Estadísticas de la Salud Mundial 2008" que presentan los datos más recientes de los 193 estados miembros de la OMS. Esta cuarta edición incluye los diez datos más destacados, así como un conjunto ampliado de casi setenta indicadores clave de salud. Por primera vez incluye datos de tendencia en los casos en que existan datos disponibles con la calidad necesaria.


El informe completo (PDF) aquí