Hace un par de años avanzaba un nuevo concepto que, cada vez más, está cobrando auge. A diferencia del nada unívoco término anglosajón de health 2.0, nuestro enfoque se centraba en cómo iban a transformar los sistemas sanitarios las redes sociales virtuales y otros dospuntocerismos emergentes. De ahí, Sanidad 2.0 y sus primeras aproximaciones conceptuales, que sin ser una etiqueta nueva, sí lo era el afán de definir el fenómeno subyacente. Posteriormente, el concepto ha dado para todo un esfuerzo taxonómico (vía Jorge Juan Fernández y Alorza); eventos, como el de Bilbao, con toda una apuesta estratégica para la Sanidad Vasca; y un sinfín de iniciativas presenciales y virtuales a la sombra del mismo.
Desde O+Berri, nos hemos planteado una definición de trabajo más inclusiva de Sanidad 2.0, como un escenario en el que redes sociales y otras diversas tecnologías permiten la generación de nuevos entornos de interacción no presencial entre los distintos agentes de la Sanidad, que trascienden la mera aplicación de la web 2.0 en sanidad y configuran patrones emergentes de relación y actuación en el sector. La clave es la innovación en las formas y medios de relación y los patrones de comportamiento que se desarrollan, de tal forma que bajo este concepto agrupamos desde la ehealth y health 2.0 más "clásicas" hasta conceptos como mhealth o uhealth.
En cualquier caso y más allá de definiciones, se hace muy necesario hacer prospectiva sobre estas tendencias para anticipar su prometedor potencial, así como evaluar el impacto de las mismas. Una excelente aproximación sobre el impacto de las redes sociales de pacientes en la práctica asistencial es el reciente trabajo de Elena Torrente, Tino Martí y Joan Escarrabil en la revista RISAI.
Roberto Nuño. Director O+Berri
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