Entre escenarios pre-intervención y pueblos que dirimen entre trabajo o toros, se hace necesario recuperar algunos aspectos básicos que, por evidentes, tienden a infravalorarse. Uno es el factor diferencial que aporta la calidad del management entre organizaciones distintas. Ahora que tanto se reflexiona sobre conceptos como productividad y competitividad, cobra especial interés la vibrante línea trabajo que mantienen Nicholas Bloom (Stanford) y John Van Reenen (LSE). En una de sus piezas insoslayables aportan evidencia concluyente en forma de decálogo:
1.- Las organizaciones con mejor gestión obtienen mejores rendimientos, son mayores, más productivas, crecen más rápido y tienen mayores tasas de supervivencia.
2.- Hay enorme variabilidad de prácticas de gestión entre organizaciones y países. Los que tienen menor rendimiento de media sufren de una larga cola de organizaciones "muy mal gestionadas", lo cual es notorio en países como Brasil e India y poco apreciable en EEUU.
3.- Países y organizaciones se especializan en estilos de gestión. Los EEUU usan mucho los incentivos, mientras en otros lugares como Suecia destacan por su monitoreo permanente.
4.- Una competencia de mercado vigorosa impulsa la mejora de prácticas de gestión.
5.- Las multinacionales tienden a estar bien gestionadas y a trasladar sus estilos de gestión allí donde se implantan.
6.- Las empresas locales exportadoras están mejor gestionadas que aquellas locales que no exportan, pero peor, de media, que las multinacionales.
7.- Las empresas familiares que designan un gestor de la propia familia están muy mal gestionadas.
8.- Las empresas propiedad de los Gobiernos están extremadamente mal gestionadas.
9.- Las organizaciones que apuestan por el capital humano tienen mejores prácticas de gestión.
10.- A nivel de país, las legislaciones laborales más flexibles se asocian con un mejor uso de incentivos.
Los datos y la calidad del estudio son abrumadores y dan pautas bien sencillas y claras para los decisores públicos, pero no cabe duda de que uno de los "pecados originales" de nuestras economías está en la escasísima calidad de las decisiones públicas.
El concepto de calidad de gestión que usan los autores se resume en: monitoreo sistemático del rendimiento, fijación adecuada de objetivos, y establecimiento de incentivos alineados.
El que el estudio se centre en el sector manufacturero alentará que muchos se escuden en las diferencias del sector sanitario, pero la esencia de esa calidad de gestión trasciende barreras sectoriales. En el SNS donde la moda de la innovación ha dejado atrás la moda de la calidad total, se hace necesario recuperar el valor que cada oleada de innovación en gestión aporta. Y es precisamente ahora con una década larga de experiencia en modelos de Excelencia en sanidad, como es el caso de las organizaciones de Osakidetza, cuando se evidencia de forma notoria que la calidad de gestión marca la diferencia y que las organizaciones con prácticas avanzadas son más eficientes, con mayor seguridad clínica con pacientes y profesionales más satisfechos y más responsables social y medioambientalmente.
Sonará vintage, pero la calidad total y la reingeniería son enormemente necesarias en nuestra sanidad. Autores como Steven Spear están trasladando el mismo mensaje de reinvención del sistema de prestación sanitaria como vía de avance. En Euskadi, además de con la teoría aportamos la evidencia de dos décadas de mejora continua e innovación en la sanidad pública. Un recorrido que no es un esfuerzo extra sino una forma de hacer si pasa a formar parte del ADN del sistema.
Roberto Nuño Solinís
Director O+berri
No hay comentarios:
Publicar un comentario