miércoles, mayo 04, 2011

Evidence? What evidence?




El aroma del copago está en el ambiente. De un nuevo copago, se entiende. Un copago por utilización de servicios sanitarios públicos. Desde múltiples foros se apoya y se ejerce la labor de lobby. Ya se percibe como algo inevitable. Lo que sorprende es que muchas de las voces que lo respaldan, propongan simultáneamente un NICE español o sus equivalentes autonómicos. La evidencia brilla por su ausencia. Por rescatar alguna aportación reciente: "Increased ambulatory care copayments and hospitalizations among the elderly. N Engl J Med. 2010;362(4):320-8." de Trivedi AN et al. donde se concluye que "el aumento de la corresponsabilidad financiera del usuario para el cuidado ambulatorio entre los pacientes ancianos puede tener efectos adversos sobre la salud y además puede incrementar el gasto total en asistencia sanitaria". Evidencia, sentido común, cálculo político, voracidad recaudatoria, cortoplacismo... metidos en una coctelera. ¿Cuál será el resultado final? Y en el camino, opiniones invitadas, ahora un interesante estudio de SEMERGEN con opinión de profesionales de primaria.

La memoria del agua, la memoria del pez, el sentido común, la evidencia científica. Se parecen, no son lo mismo. ¿Jugamos a evidencia o a opinión?. ¿Se vive más en los países donde se "hiperfrecuenta"?. A juzgar por el gráfico, sí. Seamos serios, hay mucho en juego.

Roberto Nuño

Director de O+Berri

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