martes, octubre 23, 2012

Mejorando la coordinación sanitaria y social al final de la vida


En el mundo desarrollado mueren unas 10 mil personas por millón de habitantes y año. El 70% del total de la población, pasa por un periodo de varios meses de enfermedad terminal antes de la muerte como consecuencia, bien de algún tipo de cáncer (2.500 casos/millón de habitantes) o bien del estadio final de deterioro de enfermedades no oncológicas (4.500 casos/ millón de habitantes aproximadamente).

Ha sido internacionalmente aceptado que la mayor proporción de los costes hospitalarios que un ciudadano ocasiona al sistema se agrupan en los últimos meses de vida. Pero más allá del impacto económico está el impacto en bienestar de pacientes y cuidadores. En efecto, en todos estos casos, tanto los síntomas que aparecen como la complejidad de las circunstancias acompañantes, ocasionan un alto nivel de sufrimiento en el enfermo, junto a una crisis social y familiar a su alrededor.

A la vista de esta situación, Nuffield Trust ha publicado un informe este mes de octubre en el que analiza la utilización de recursos sanitarios y sociales de un elevado número de pacientes en su último año de vida. Podéis consultar el informe completo pinchando aquí. Algunas de las principales conclusiones son:

  • La mayor parte de las personas prefiere morir en su domicilio contando con el soporte adecuado antes que en el hospital.
  • La atención social es un elemento esencial en los 12 últimos meses de vida.
  • La utilización de recursos sociales varía mucho según la disponibilidad de recursos y la patología.
  • El coste de la atención sanitaria aumenta muy sustancialmente en los últimos 12 meses de vida, mientras el aumento de la atención social aumenta de una manera mucho menor.

Así pues, los autores defienden el impulso de la atención social al final de la vida, ya que entre otras cosas no supone un riesgo económico para los gobiernos. Es por ello que animan a los gobernantes a incorporar cambios que mejoren la coordinación de lo social y lo sanitario en los ámbitos como el final de la vida en el que los beneficios son evidentes para las personas.


En Euskadi, tras detectar estas necesidades tanto del paciente como de la familia a lo largo del periodo terminal de enfermedad, en enero del 2011 se impulsó el proyecto SAIATU, que ofrece atención domiciliaria de carácter social al final de la vida. Los indicios que arroja la evaluación inicial del proyecto SAIATU resultan de tremenda relevancia: muestran un claro ejemplo de que la inversión en recursos dentro del ámbito de lo social, disminuye notablemente el coste de la atención sanitaria al final de la vida y mejora la satisfacción de pacientes y familiares.

En los primeros meses del año 2012, se desarrolló un estudio retrospectivo, por el que SAIATU se convertía en una de las primeras experiencias a nivel Internacional, en la que se estudiaba la cuantificación, análisis y evaluación del impacto en la reducción de recursos sanitarios de pacientes al final de la vida.

A la vista de los indicios tan positivos, en estos momentos, se está desarrollando un estudio más amplio para confirmar los resultados positivos y marcar el camino de la atención social a domicilio para pacientes en situación terminal y proponer la coordinación con la atención sanitaria. Sin duda, el informe de Nuffield Trust pone de relevancia experiencias como SAIATU que además se presentará en Londres el próximo 13 de Noviembre en el seno de la Euclid Network. Podéis ver la agenda aquí. 

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